Su gente posee una cercanía y una vitalidad asombrosa; sin embargo la socidad está sumida en profundas contradicciones entre el querer hacer y el depender que me lo hagan. Los proyectos internacionales menudo han contribuido a introducir la idea de “soy pobre” y una actitud pasiva y dependiente sobre su propio desarrollo.
Por mi parte he podido tener la oportunidad de aprender, compartir e intercambiar muchas experiencias y conocimientos. Visité varios proyectos de asociacionismo femenino (la casa de la mujer), cooperativas locales (Finca Magdalena y otras dsos locales), fincas de ecoturismo (Totoco y zopilote) así como espacios para la investigación en permacultura (como la Finca Vona Fide). También tuve la oportunidad de tener experiencias más profundas intercambiando talleres vinculandome, durante a un tiempo a una eco-cominidad que está en sus primeras etapas (InanItah) y durante otro tiempo colaboré con los proyectos en curso de un espacio de desarrollo comunitario (Mano amiga) y contactando con el comité de desarrollo local (GPR)de la comunidad de Balgue.

